Trucos caseros y efectivos para dejar tus cubiertos limpios y como nuevos.

Zumo de limón y leche en polvo
- Deja los cubiertos sumergidos en una mezcla de una cucharada de zumo de limón, una taza y media de agua, y una cucharada de leche en polvo. Al día siguiente, frótalos con delicadeza y notarás inmediatamente cómo recuperan su brillo poco a poco, parece por arte de magia.
Vinagre y bicarbonato
- Más allá de su utilización en la cocina, el vinagre también contiene varias propiedades que ayudan a la limpieza de diferentes artículos. Si mezclas una taza de vinagre blanco con dos cucharadas de bicarbonato de sodio, se convierten en un desengrasante natural.
Bicarbonato con limón
- Las abuelas y algunos especialistas en la materia sugieren esta mezcla disuelta en un poco de agua para las famosas gárgaras, como solución efectiva para el dolor y erradicación de bacterias en la garganta, pero también es un método natural muy eficaz para mantener los cubiertos libres de gérmenes y bacterias.